SELLADORES: El Templo de la Destrucción <Prólogo>

Hace más de dos milenios, el mal cobro fuerzas, alimentándose con la malicia del mundo. Le salieron ojos, le crecieron piernas y brazos, así el mal pudo moverse por el mundo a su antojo.

Los primeros días, nadie reparó en su existencia, ya que el mundo estaba tan corrompido que la violencia y odio estaban esparcidos por todas partes, así que era algo común observar crueles asesinos, hambruna, codicia y demás horrores. Pero al pasar los días se dieron cuenta de que algo diferente estaba pasando, los cadáveres se hallaban mutilados y las almas yacían muertas dentro de ellos, las criaturas se volvieron mucho más agresivas, aparecieron demonios, quienes casi nunca salían del infierno, empezó la destrucción y el cielo se tiñó de rojo y gris.

El instinto de supervivencia se activó, si por algo se caracterizan los humanos, aún más que cualquier otra criatura en el mundo, era por tener un apego increíblemente fuerte a la vida, en especial cuando esta puede terminar por razones ajenas a sus propias necesidades y ambiciones. Sin embargo, lo que más miedo les daba era perder el alma, significaba desaparecer en el olvido y nunca más renacer en ningún sitio, según leyendas antiguas, si el alma moría, la muerte era como una pesadilla eterna. En ese momento de miedo extremo, se dieron cuenta de sus pecados y empezaron a cambiar, decididos a detener lo que ellos mismos habían puesto en marcha.

El mal ya había llegado, no se iría fácilmente, la gente moría por miles cada día, los demonios empezaron a poblar las ciudades y convertirlas en ruinas. Los gobiernos y reinados formaron cientos planes que no tuvieron efecto, así pasaban los días, todo parecía irse perdiendo.

En cierto lugar que nunca se registró, varias personas se reunían, aquellas que no se habían corrompido demasiado, formaban su propio plan de salvación.

Los cien seres más poderosos del planeta se reunieron, no los dichos más poderosos de forma económica o política, si no, aquellos de fuerza bruta, astucia, agilidad o magia, se denominaron “Aniquiladores” y se dispusieron aniquilar al mal usando su propio poder como arma.

Batallaron contra el mal día y noche, lo hirieron y lo mataron, pero descubrieron que el mal no muere, volvía de nuevo por ellos, se había alimentado muy bien, se dieron cuenta que el mal era herido y se recuperaba muy rápido, al contrario que ellos, que tardaban mucho en sanarse y algunas heridas eran permanentes.

Un viejo hechicero muy sabio propuso un plan, si no podían aniquilar al mal, debían sellarlo. La idea fue rápidamente aceptada, cien artículos selladores aparecieron en el planeta, creados a base de las posesiones más valiosas de cada uno de los cien, En un rápido ataque engañoso el mal quedo sellado en la nada.

Los “Aniquiladores” se refundaron con el nombre de “Selladores”, ya que no todo había terminado, se reunieron con los gobernantes del mundo para informarles de la situación y se volvieron a esparcir por todo el globo, cada uno fundo un clan y recluto gente para ayudar a sostenerlo. Cien clanes nacieron, nacieron para proteger los artículos en los que se hallaba sellado el mal. Cuidarían y heredarían el artículo por siempre, así el mal no volvería a salir.

El mundo nació de nuevo, las personas recapacitaron y empezaron a formar comunidades agradables y amistosas, ayudándose entre sí, usando el amor en vez del odio, empezaron a reconstruir el planeta y vivieron en paz.

º º º

Actualmente, la sociedad se está corrompiendo nuevamente, olvidando así el mal que hace más de dos milenios casi aniquila la raza humana. En los clanes de Selladores también se ha perdido la moral, muchos han acabado enloqueciendo por el poder maligno que transmiten los artículos, matándose unos a otros para heredarlo y así perdiendo los artículos en ningún lugar.

Cuatro clanes quedan activos en estos tiempos, aún fieles a su tarea. El Templo De La Destrucción fue cerrado hace años por la pérdida del artículo, pero al parecer, alguien lo ha encontrado y devolverá uno de los clanes al mundo.